Por tierras castellanas plantamos muchas clases de guindillas ya que el picante es muy utilizado en la cocina tradicional de nuestras madres y abuelas.
Esta no es una planta autóctona pero la pongo aquí por su singularidad y como agradecimiento. Es una planta de chiles que me regaló Myriam, una amiga de mi hija, en su visita al pueblo durante la matanza el pasado año. Os dejo su Web: http://www.myriamnegre.es/ para todas y todos las/os que os guste el mundo de la fotografía y comparto esta poesía que me regaló en la inauguración de mi Blog.
Un trocito de tiempo
dulce y esponjoso.
Preparo los ingredientes,
caliento el horno,
sirvo la mesa y espero tu llegada.
Mi cuerpo se mueve
mientras un rayo de sol
calienta mi mirada.
Por que no la uso como ingrediente?
Con el chocolate de los dioses,
con mantequilla en la piel untada,
con aromas de miel y una noche,
con romero, cilantro y damiana.
Lo voy a hacer,
cogiendo la llave que abre el cofre,
perdido en sueños de largas madrugadas.
Tendrás que saborear un trocito de tiempo,
para que te adentres en la magia.
Donde empieza el infinito, donde todo es nada.
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